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martes, 3 de junio de 2008

De fantasías y hojas que se deslizan hacia su hades

Las mujeres tenemos fantasías sexuales bastante distintas a las que se reflejan en el imaginario masculino. Tiene, para nosotras, mucha relevancia el contexto del sexo: un lugar agradable, cálido, preparado especialmente para la ocasión. Las mujeres fantaseamos con un amante sensible, tierno y apasionado en su debido momento, que nos haga sentir única, especial y sensual. Las caricias en la piel (en todo el cuerpo, no solamente en los genitales) y tener en cuenta los cinco sentidos (tacto, olfato, vista, gusto y oído) son quizás los afrodisíacos más poderosos. La fantasía femenina está ligada al romanticismo y a la seducción, culminando luego de un proceso de excitación prolongado con un acto pleno de pasión.

Una fantasía femenina sería más o menos así…