Era avaro, los que le conocieron dicen de él que era muy avaro. Avaro y déspota, mísero y sin corazón, cuentan que poseía haciendas, y fábricas, granjas y gasolineras. Riquezas sin fin.
Cuando un camión cargado con varías toneladas de maíz se descargaba a las puertas de su fábrica de piensos y algún saco se rompía, descontaba del sueldo del obrero el tiempo que usara en recogerlo y se podía ver al ya anciano avaro de rodillas arrastrándose por el suelo para recuperar hasta el último grano. Ni a los pájaros alimentaba. También tenía tres hijos que no lo amaban.
Y llegada su hora murió.
Y pasó el tiempo...
las grandes puertas estaban cerradas y ningún obrero ni toro descargaba. El óxido y el viento eran los dueños de las abandonadas naves. En el cerro, dominando el pueblo, La casa de piedra respiraba abandono y Las hierbajos lo invadían todo y anidaban a sus anchas los mirlos. Los setos no hace tanto mimados parecían viejas brujas despeinadas y ya no se aparcaba a su puerta ningún Mercedes ni Jaguar.
-Quién lo ha visto y quién lo ve... dijo Paco
-Es verdad, ¡qué cambio! ¿Que habrá pasado?
-La crisis y la mala administración, mi niña. Eso ha pasado. Los hijo nunca apreciaron el dinero, parece que lo odiaban y cuando murió el viejo, su lema fue “quemar dinero y no producir” Un lío de faldas llevó a uno a la cárcel, el otro murió por la droga, y el pequeño está en un centro siquátrico.
Esa moche mientras María preparaba la cena, Paco, en su pequeña pero coqueta casita de guarda, al amor del chisporrear de los troncos de pino en el hogar me leyó en voz alta un párrafo de su amado libro.
“ Y dije a la risa: ¡Demencia! Y al regocijo: ¡Esto qué logra!
Me edifiqué casas; me planté viñas. Me ocupé en mayores obras, acumulé oro y plata, y siervos y llené mi casa de risas de hijos e hijas y yo mismo me volví para ver todo mi duro trabajo . Y mira! Todo es vanidad y un esforzarse tras el viento.
-¿Entonces?- le dije-¿Todo lo que hacemos en nuestra vida y nuestros logros son para nada?
-No es así mi niña, el mismo escritor dice que es bueno que el hombre coma y beba y disfrute de todo su arduo trabajo-
-Y ¿quién escribió eso?-
Salomón, el Rey Salomón lo dejó escrito en el libro de Eclesiastés.
confieso que ese libro fue mi compañero de sábana hasta que el sueño abrió mi mano. Es pura poesía.
51 comentarios:
Precioso relato.
La vanidad hace siempre traición a nuestra prudencia y aún a nuestro interés.
Un besito con cariño.
Una maravilla, casi fábula verdad?
besote!
=) HUMO
Deliciosa historia Lys, los tesoros verdaderos están ocultos en nosotros mismos.
Un beso.
La avaricia es la enfermedad social mas peligrosa, muy buen relato, muy bueno pasar por aca :)
Saludos soleados!
Que tal la vanidad que consume a las personas en ellas misma, que tal con esa vieja señora que aun en soledad o muchedumbre se alimenta de sus víctimas. Oh vanidad que se cruza en las vidas y las deja vacías.
saludos Lys, ya vine.
tus últimos textos, la verdad me ha costado captarlos en su máximo esplendor, he perdido practica, mis disculpas.
Un beso, nos leemos.
Me encanto tu relato
un beso desde mi Luna
Relato muy preciosos nos entregas la reflexión escrita..
interesante..
te dejo mi abrazo inmenso con mucho cariño
saludos fratrnos
...y las personas avaras ¿verdad que se hacen feas tambien por fuera?.
Bonito relato con enseñanza.
Un besazo
excelente.
gracias.
HOla, Lys, excelente relato. Gracias por compartirlo
Un rampybeso
Rampy
genial lys me ha encantado
besitossss
Es un precioso relato y una buena enseñanza.
Gracias por compartirlo y también por tus amables palabras.
Un beso.
Muy bien Lys, es precioso. Muchas gracias.
Salu2.
Tanta avaricia para nada.
Murió y se acabó.
Un ogro menos.
Besos.
Le podría poner muchas caras conocidas de mi localidad a ese relato. Bien descrito el abandono de la fábrica.
La vanidad. Procuro controlarla siempre. En este mundo de los blogs está muy acentuada.
Abrazos.
La enseñanza es requetebuena!!
Precioso relato de una triste vida, para mi forma de caminar por la esencia de una vida “mi vida”.
Sabes lo más gracioso es que ese hombre sin darse cuenta era feliz acumulando riquezas materiales, y murió muy pobre arrasando con la vida de sus hijos, a los que poco enseño de la verdadera riqueza interior del ser humano.
Vanidad, gracias a quien sea esa palabra no esta en mi diccionario, ni en mi vida y si detecto que se me acerca me alejo, así como de la maldad.
Un abrazo muy fuerte, te acompañare como un enigma a la luz de la luna, que no le dice a nadie el secreto.
Increiblemente lindo y cierto este post. El eclesiastés de Salomon ("Vanidad de vanidades, todo es vanidad; ¿que provecho saca el hombre de todo por cuanto se afana bajo el sol..." etc), es uno de los mas profundos y certeros pensamientos que jamas se hayan escrito.
Un abrazo.
Tus letras son un eterno re-descubrir
lejos, lejos de todo egoísmo y vanidad
besos!
Preciosos cuento con moraleja....
Un abrazo
¡Precioso Lys!
Denostable la forma de ser del padre e igual de denostable la de los hijos.
Es un dardo a la vanidad y el egoismo de esta sociedad, y de la vida en general.
¡Un besazo!
MIGUEL
muy bonito....
sei premiata nel mio blog Lys :)
Un abbraccio,
Salva :)
Impresionante relato,y sin avaricia alguna..
Besos
HOLA, PASO POR TU BLOG, AMIGA.
LA AVARICIA ES UNO DE LOS MALES QUE , LASTIMOSAMENTE, EXISTE DESDE TIEMPO REMOTOS.
Y NO ES NADA RARO VER GENTE DE ESA ÍNDOLE EN DISTINTOS LUGARES DEL GLOBO. PERO AL FINAL, LA MUERTE TIENE LA ÚLTIMA PALABRA. ¡PARA QUIÉN ACUMULARON TANTOS TESOROS?
SALUDOSS , BELLA LYS
Para qeu vivir con el afán de recoger y no repartir...al final todos vamos allí... no es mejor ser feliz en vida y no vivir amargado por "el deber" de juntar???
besos
Bellas palbras que nos invita a reflexionar mucho! Gracias por compartirlas!!
Besitos de chocolates:)
Lys que tengas un hermoso día:)
bonito relato! un besazo
Has puesto una entrada preciosa y aun siendo casi una fabula, en el día de hoy es completamente real, cuanta persnas he conocido así y conozco y no ven más alla de sus narices por el egoismo del que son portadores, puesto que nunca tienen bastante.
Con lo bonito que seria compartir riqueza ya que sobra y al final las recibiria con creces ese amor del que tanta gente anda tan escaso...
Pero es mejor atesorar y tener a la familia abandanada y al final todo lo echo esta perdido en la más absoluta miseria y nadie de ellos se acuerda, tan solo de sus extravagancias.
Mi querida Lys, recibe un besito de esta que te ha leído.
muy bueno lo has hecho
un abrazo
Precioso tu blog, un placer haberlo encontrado.
Un abrazo
Un gran relato, me encanta leerte pq iinvitas a pensar, a reflexionar y eso me gusta.
Besos
Lys muy buena la historia y su moraleja , cuantos aváros nos encontramos en el camino y al final de este lo vemos mas empobrecido de espíritu que cualquier mendigo.
Besos Lys!
Pensaba en el mar, en ti pensaba,
en que sabes amar a su manera,
a veces es calmado, a veces tan osado, a veces ni se siente
y luego te lleva la marea.
A veces sus olas te arrebatan,
te acarician tan amantes,
te llegan al cuerpo, palpitantes,
que sientes que te enamoran.
Me gusta cuando a la orilla llega
y sus olas solo gimen,
no recuerdan ni futuro ni pasado,
solo hacen a la playa su maravillosa entrega.
Así como el mar, a tu manera,
cuando en la noche todo calla,
me gusta que tú seas mar
…. y yo la playa.
Saludos fraternos Lys, Rubén.
es un relato maravilloso lys...me alegro de que lo pasaras bien con el mio...un beso.
Salomón, siempre sabio...
Conozco caso reales de esto. Está muy bien el relato
Por algo lo llaman el Sabio Salomón.
Conozco casos iguales o similares al que relatas en la fábula. Es una pena pero realmente existen personas así, dominadas por la avaricia y que cuando desaparecen, desaparecen con ella sus riquezas, haciendo además añico la vida de los que lo rodean (en este caso sus hijos).
Un abrazo
Lys, es un extraordinario relato, y con moraleja incluida como me gustan a mí, perdona que haya tardado tanto tiempo en venir, y encima yo me lo pierdo, porque cada texto que escribes es una maravilla, pero a pesar de no trabajar, vivir sola, hago muchas cosas, y no llego a todo, quiero que sepas, que tú como muchos de vosotros estáis en mi pensamiento, hay que saber ser agradecidos.
Un fuerte abrazo, Lys
Maite
Y qué haríamos en esta vida si no disfrutásemos de ella, incluso en el trabajo, porque hay que ver la satisfacción que da un trabajo bien hecho eh? Bello relato. Un saludo
Es cierto, es pura poesía...
Tu relato es pura poesía!
Un beso!
Enhorabuena: He podido leer varias verdades en este bonito relato.
Es más, grandes verdades.
Un abrazo.
Que bonito relato deberian aplicarselo aquellas personas que no saben compartir lo que tienen con las personas que menos favorecidas son.
Con cariño
Mari
tras un tiempo de ausencia obligada, vuelvo y mi encuentro la sabiduría y la lírica del eclesisatés...bello lys.
BESOS
GRACIAS POR TU RELATO Y ESTOY POR ABRAZARTE.
SÍ, LO HAGO
Realmente tu relato nos deja una gran enseñanza, que convendría aprender muy bien. La vanidad no es el camino, porque nos impide disfrutar de lo logrado. La vida son tres días y en dos está lloviendo, por lo que hay que aprovechar los buenos momentos cuando llegan. Gracias por tus sabias palabras. Hoy hiciste de Rey Salomón. Un beso fuerte.
YA DICE EL DICHO ,ESTAS PERDIDO SE TE UNES A UN AVARO, UN VESITO PRECIOSA ME A ENCANTADO
Lys: que lo del recuerdo de la ancianita no ha sido por ti como imagen, sino como historia, que me ha dejado pensando en como tu reescribirías ese hecho, tan lleno de espíritu y un punto de vista alentador.
De segura que eres muy mona, no he de necesitar fotografías, un beso, y gracias por tus visitas.
adios. (hasta la próxima)
Muchas enseñanzas reunidas en este relato Lys!
Besitos,
Muchos no saben aprobechar lo que tienen y se lo dejan a otros para que lo malgasten, asi que con mucho menos otros son más felices, un beso
Un placer leerte...Me ha encantado. No hay nada peor que la avaricia y el egoísmo.
Un beso.
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