Seguidores

domingo, 28 de diciembre de 2008


Érase una vez…

Tenía una sola pasión: escribir poemas. Pero sus poemas eran blancos.

Él creía que sus poemas salían de la boca de dios por que caían de las nubes en copos blancos y livianos. Tenía un nombre. Un nombre de resplandeciente blancura

Nieve.


-¿Qué es la poesía?- preguntó al sacerdote.
-Es un misterio inefable- contestó.

Un día, el ruido de una jarra de agua al estallar hizo germinar en su mente una gota de poesía, despertó su alma y le transmitió su belleza. Era el momento de decir lo indecible. Era el momento de viajar sin moverse, era el momento de ser poeta.

Pasaron los meses y escribió muchos poemas, bellísimos, etéreos, blancos.

Un día de diciembre su padre lo llevó a la cumbre de una montaña y le dijo: - quédate unos días, tienes que decidir tu futuro, o sacerdote o guerrero siempre ha sido así en nuestra familia.- Al regresar su padre preguntó, -¿Has encontrado tu camino?- -Mejor aún, padre. Me he encontrado por fin con la nieve.-

Desde entonces salía siempre al amanecer hacía la montaña y escribía poemas, regresaba siempre a la hora del té. Pero un día se paró en la fuente y una muchacha le dio de beber, al hacerlo su vestido se abrió hasta la altura del seno, un seno blanco como la nieve. Esa noche se durmió con una mano en la calenturienta frente y la otra mano en su sexo erecto. Fuera nevaba.

Sucedió que su padre recibió la vista de un cortesano, el poeta oficial del rey, le acompañaba una muchacha de una belleza nunca vista por el joven poeta. La miró y ella le sonrió. Enséñame tus escritos – Le dijo el cortesano. Los leyó durante toda la noche y a la mañana siguiente le dijo: son bellísimos pero no tienen color. – Ve a la corte, el mejor poeta del mundo vive en la corte, él te enseñará a ver colores en la nieve.

-Iré cuando esté preparado-. La muchacha le miró y soltó una risita burlona y el joven poeta sintió que la odiaba y la amaba intensamente. –Partiré dentro de dos días- dijo al salir de la habitación.

Esa noche escribió:

La piel de las mujeres
La piel que ocultan
¡Cuan cálida es!

Nieve limpia
Pasarela del silencio
Y belleza.

Música de nieve
Grillo de invierno
Bajo mis pasos.


Mujer agachada
Que orina y hace fundir
la nieve.

A la noche siguiente, la muchacha de la fuente lo inició en el amor. Su piel tenía el sabor del melocotón, besó su seno blanco, tomó en su boca un pezón y lo chupó como si fuera un limón de luna. No lo soltó hasta el alba.

Estuvo un año en la corte. Aprendió a dar color a la nieve sin que perdiera ni un ápice de su blancura, durante ese tiempo no olvidó ni un instante a la muchacha de la risita burlona. De regreso a su casa calculó mal el tiempo y los víveres, pasó hambre y frío. Al caer desfallecido, debajo de la nieve, atrapada en un ataúd de cristal, vio a la muchacha dormida en todo su esplendor, la piel blanca, el pelo negro, los labios rojos como la sangre, los ojos azules de un azul de cielo helado, sintió un terror que sacudió todo su cuerpo y se desmayó. Al despertar unos segundos después, ella ya no estaba. Se obligó a caminar y llegó a su casa. La muchacha de la fuente fue a verlo y se le ofreció pero él la desdeñó con indiferencia y desgana.

Un día al llegar la primavera, cuando todos los almendros estaban en flor, hallábase escribiendo, lo que escribía sus lágrimas lo borraban y de pronto sintió que se abría una puerta y una corriente helada le calentó el corazón.

Se volvió y dijo:

-Hace tiempo que te espero-
-Sabía que esperarías-

Aquella noche hicieron el amor.
Besó sus ojos, sus pechos, su vientre… se durmieron al amanecer.

Desde entonces sus poemas los escribió en blanco, rojo, negro y azul.

lunes, 22 de diciembre de 2008

Con o sin el gordo sean felices por favor


Estaré ausente unos días y deseo dejarles esta poesía que es tan sólo una forma de exprésales a todos los que me visitan mi agradecimiento por hacer un alto en su camino. Es sencilla pero sentida.


Acércate a la hoguera, amigo mío
Y contempla la leña mientra arde,
El hielo ya está aquí y se hace tarde
Y al llegar la noche tendrás frío


Quédate ante la llama de la hoguera
Y olvídate del mundo y sus favores
Recuerda que en la tierra habrá flores
Cuando llegue por fin la primavera.


Y en el clamor de este mundo tan obsceno
Deseo que la lumbre te haga ver
Que en la vida tenemos que aprender
Que se puede ser feliz teniendo menos.


Confío en tu buena voluntad
Y te ofrezco la ilusión amigo mío,
De brindar con gotitas de rocío
Esta blanca Navidad.


Cuídense mucho y por favor sean felices

viernes, 19 de diciembre de 2008

Con permiso, es broma.


Se acerca la Navidad, bueno ya prácticamente esta aquí, y con ella llagan unos seres a los que siempre hacemos oídos sordos: los villancicos. No los escuchamos por que no los entendemos, se cantan cosas como,

-Recogido tu rebaaaaño… ¿Adónde vas partorcillo?

-Voy a llevar al potaaaaal requesón manteca y vino.

¡Requesón manteca y vino! ¿Eso para quién es? ¿Para el niño? ¡A un recién nacido le llevas eso, cabeza de níspero? ¡Si el niño lo que quiere es teta! ¿Para la Virgen? Que no… que no se le puede dar a una recién parida ni manteca ni vino que esta en el pos-operatorio… que tuvieron que hacerla cesárea, fijo, que el niño venía con aureola.

Hacer una canción mala pasa todos los años con la canción del verano, lo que pasa es que sólo dura eso, un verano, los villancicos regresan cada año y siempre los mismos ¿Qué pasa nos gustan?

Ya vienen los reyes con el aguinaldoooo….

Lo de los Reyes Magos es especialmente difícil de entender. Tres hombres con capas de satén y joyas, viviendo juntos, que hacen una caravana y atraviesan el desierto. Eso no son los Reyes Magos, eso es Priscilla reina del desierto, fue el primer desfile del orgullo gay de la historia.

Al pobre San José le caen todas las chanzas,
En el portal de Belén
Se han colado unos ratones
Y al pobre de San José le ha roído los calzones.

Ya podían comerse el requesón… San José es el que sale peor parado en los villancicos

-Dime, niñoooo , de quién eres,
Todo vestido de blanco?
- Soy de la Virgen María
y del Espíritu Santo.

Eso a San José no debe molarle nada.

¿Y porque hacemos oídos sordos a los villancicos? Porque la zambomba, la botella de anís y la pandereta sólo molan cuando se paran.

Lo de la botella de anís debió ocurrírsele a uno que se le acabó y para pedir otra y empezó… ringui,ringui, ringui…

¡Y qué decir de la pandereta! Un instrumento que ha acogido la tuna en su seno no puede ser bueno.

No me culpen a mí. Es de Piedrahita.

martes, 16 de diciembre de 2008

Las cosas se hacen despierto, joer !!!


Platón soñaba mucho y no se ha soñado menos después. Había soñado que la naturaleza humana era en otro tiempo doble y que en castigo a sus culpas fue dividida entre macho y hembra.

Había demostrado que sólo puede haber cinco mundos perfectos porque sólo hay cinco cuerpos regulares en matemáticas. Su República fue uno de sus grandes sueños. También había soñado que el dormir nace de la vigilia y la vigilia del dormir, y que a buen seguro se pierde la vista al mirar un eclipse salvo desde un estanque.

En esa época los sueños daban una gran reputación.

He aquí uno de sus sueños. El gran Demiurgo, quiso probar la ciencia de los genios y le dio a cada uno de ellos un trocito de materia.

A Demogorgón le dio un pedazo de barro que lo denominó tierra, y tras a haberlo dispuesto todo creyó haber hecho una obra maestra. Esperaba elogios.

Uno de ellos algo guasón, dijo: baya, si que lo has hecho bien. Lo has separado en dos hemisferios para que no se comuniquen, se morirán en el polo y se asará en la línea equicional, no están mal las vacas y los corderos, las alcachofas y las cebollas, pero es una chapuza lo de poner serpientes y arañas, igual que tanto jaramago venenoso.

Se te ha ido la mano en crear más de treinta especies de monos muchas especies de perros y sólo cuatro o cinco especies de hombres: cierto los has dotado de razón pero se acerca demasiado a la locura. Además les has dado muchas enfermedades y pocos remedios: tantos enemigos y tan pocas defensa, tantas pasiones y tan poca prudencia….

Has dispuesto las cosas de tal modo que dentro de unos años se dedicarán a pleitear unos con otros y una mitad matará a la otra mitad.

Se intercambiaron frases, puyas, bromas, y por fin el gran Demiurgo dijo: vuestras obras sólo durarán unos miles de años y después, como sois muy inteligentes y estaréis más instruidos lo haréis mejor.

¿Estará viendo el Demiurgo la chapuza que los ya muy instruidos humanos hemos hecho, y el marrón que nos toca solucionar?

domingo, 14 de diciembre de 2008

Qué plasta...


En el año 711 de nuestra era los musulmanes pusieron fin al reino visigodo de Toledo y también a una tortura de los estudiantes de siglo XX , al finiquitar la lista de reyes que debían memorizar en la asignatura de historia. Nada menos que treinta y tres nombres completamente imposible de memorizar, pero que había que hacerlo no fuera que algún profesor le diera por hacer la puñeta y ponerlos en un examen.

Todo comenzó con Alarico que después de un paseito algo prepotente por Roma debió sentirse atraído por nuestro clima y se montó su cheletito en la ciudad de Toledo donde comenzó el terror de los bachilleres ya que su prolongada estancia (unos trescientos años) dio lugar a que tuvieran que memorizar treinta y tres nombres, ¿Qué no es nada? Lean.

Ataulfo, Sigilio, walia, Teodorico, Turismundo, Teodorico II, Eurico, Alarico II, Gesaleico, Amalarico, Teudis, Teudiselo, Agila I, Atanagilo, Liuva I, leovigildo, Recarero, Liuva II, Wuiterico, Gundemaro, Sisebuto, Suintila, Sisemando, Chintila, Tulga, (No se pierdan estos) Chindasvinto, Recisvinto, Wamba, Ergivio, Eriga,Witiza, Agila II y por fin algo pronunciable: Rodrigo. Si, si; yo ni idea, los únicos que recordaba eran de Rodrigo y Recadero.

Qué suerte la mía que sólo tuve que memorizar: ¡Elizabeth II queen of the commomwealth.! Lo que pasa es que un padre español por muy lejos que se vaya siempre es un padre español y algo de empeño puso, pero quiah!

de las reinas no digamos; Brunekilda
Gailswintha , Goswintha....

Ya no se ponen esos nombres, pero en Colombia hay un chaval agrciado con el nombre de Usnavy. Para llorar.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Para celebrar.

El 28 de octubre, el tribunal de la ECOWAS,( la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental) condenó a Niger por no cumplir su legislación en contra de la esclavitud. El país no protegió a Hadijatou Mani y deberá indemnizarla con 15.000 euros.

Ella no se siente una heroína:- Recurrí a ECOWAS porque no podía confiar en mi país.- Espero que mi lucha ayude a que todas las mujeres sean liberadas de la esclavitud.

EL PAÍS. VIERNES 12 DE DICIEMBREDE 2008.

Vi la noticia en la televisión, y me quedé hipnotizada, no pude apartar los ojos de esa bellísima mujer cuya presencia irradiaba una dignidad y un porte que llenaba la pantalla. Ni las vejaciones, ni la dureza experimentada en su vida han logrado borrar ese halo que se adueña de algunas personas y que ni se compra ni se vende.

Se me clavaron en el alma sus ojos, ojos en los que vi tristezas viejas, arraigadas, de esas que se quedan.

Su lucha ha logrado una victoria histórica contra la esclavitud.

Recordémosla, en el capullo de seda de nuestros cálidos hogares, recordémosla. A ella y a las más de 43.000 mujeres y hombres que todavía se hallan en tan intolerable situación.

Pensemos que la vida es bella, pero no para todos.

Feliz, feliz fin de semana my friends

jueves, 11 de diciembre de 2008

A un viejo amigo eternamente joven.

El castillo, de Kandinsky.

Lo vi, venía a lo largo del andén, cojeando de una pierna, el sombrero echado hacía atrás sobre su cráneo protuberante, la barba inculta y arrastrado su vieja y ajada maleta, vi una imagen casi terrible y a pesar de sus años tenía el aire joven, tal era el brillo de sus límpidos ojos azules tanto había conservado la audacia ingenua en su rostro surcado, que sólo tuve que entornar los ojos para ver al hermoso poeta sumido en la eterna adolescencia que un día conocí.


Al entornar los ojos eso es lo que vi, me pregunto qué vería él.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

En fin...



MAKE 'EM LAUGH: Alec Greven, 9, charms Tiffany and Jessica at Langan's restaurant in Midtown on his "How to Talk to Girls" book tour.

PreviousPauseNext

No mide mucho, pero este pellizquito de chaval sabe mucho de cómo
complacer a las damas. Tanto, que su pamfleto “Como hablar a las chicas” que se vendió a tres dólares en la feria del cole, acaba de lanzarse a nivel nacional.

Uno de de los consejos que da es, retirarse un poco, intentar no parecer desesperado, y otro es, cuidarse de las chicas guapas.

Es fácil, distinguir a las chicas guapas, dice, porque llevan los pendientes grandes, vestidos atrevidos y muchas joyas. Las chicas guapas son como los coches que necesitan mucho aceite.

Da este consejo, lo mejor es tener una chica fija, las chicas guapas suelen tener el corazón duro, no las dejéis que os rompan el corazón.


Me parece que animar a un niño a jugar a juegos de esa índole y usar sus desvaríos para divertir a los adultos es simplemente incorrecto. Debemos animar a los niños a ser niños

Qué tienen que ver los pendientes grandes con la talla moral de una chica?

Las críticas son para todos los gustos, yo sólo he citado un par. Opinen ustedes.

Ah, el pulgarcito en cuestión sólo tiene nueve años NUEVE

lunes, 8 de diciembre de 2008

¿Por qué nada es eterno?


“Ema”. Emita, siempre fue Emita y Manuel que siempre fue Manuel, llegaron a nuestras vidas, un día no sé cuando de no sé que mes. Vinieron a nosotros desde Santiago de Chile. Nacieron en Uruguay.

Mamá que andaba metida en asistencia voluntaria para la comunidad española, trabó amistad con una joven que quería traer a sus padres, mas, debido
al requisito gubernamental, que requería el hacerse cargo, incluida vivienda
de todos los familiares reclamados por espacio de cinco años, se lo ponía difícil.
Ella vivía con su esposo y un hijo en un apartamento de una habitación.

La adaptación a tan distinto modo de vida y la añoranza que sentía, tenían a esta joven con depresión y profunda tristeza. Mamá después de convocar asamblea general, y una vez que obtuvo votación unánime le ofreció a Gema, (así se llamaba la hija) como solución temporal, la caravana que teníamos aparcada en una esquina de la parcela.
No recuerdo los pasos siguientes, pero una tarde mamá se presentó con una pareja a las que presentó como “Ema” y Manuel.

Ema, menudita, escasa de carnes, pómulos marcados, ojos achinados como dos huesos de aceitunas e igual de negros. Enmarcaba su rostro una abundante, nívea y bien cuidada media melena con una honda que la caía sobre la ceja derecha. Caminaba con pasos ligeros y menudos y sus movimientos eran decididos y gráciles. Tenía sesenta años y representaba, sesenta años.

Manuel, de mediana estatura, pelo negro como ala de cuervo, cara agradable y sonrisa perfecta, un pelín demasiado perfecta, (gracias, nos dijo, a un hijo mecánico dentista) su tez, dorada y tersa. Era verano y un detalle que le llamó la atención a mi hermano mayor, fue la total ausencia de bello corporal. Vestía como un dandy. Tenía sesenta y cinco años. Representaba como mucho sesenta.

Casi sin darnos cuenta se integraron a nuestra familia hasta el punto de que llegaron a ser para nosotros los abuelos que un día dejamos atrás. Cada uno de nosotros guarda de ellos un cofre lleno de sus dichos, sus regañinas, sus besos, sus anécdotas.

Nos contó mamá que pasado un tiempo ella quiso recompensar económicamente sus muchos desvelos por nosotros y un día puso delante de Ema un sobre que contenía dinero y una tarjeta llena de palabras cariñosas y de agradecimiento. Ema cogió el sobre lo abrió y mirando a mamá a los ojos le dijo: -hija, he criado a nueve hijos, la mayor parte del tiempo con extrema escasez y penuria, pero nunca entré en el servicio doméstico- y empujó el sobre hacía mamá dejándola, colorada de vergüenza, se dio cuenta Ema y sacó del sobre la tarjeta, la leyó, y con lágrimas le dijo a mamá que ella nunca podría pagar la oportunidad que ella le había dado de poder estar cerca de su única hembrita, como ella llamaba a su hija. De esta manera quedaron sentadas las bases sin ningún tipo de equivoco en el futuro.


Ema, era muy severa con nosotros, no nos dejaba pasar ni una, me atormentaba en su empeño en que mi largo pelo estuviera siempre trenzado, regañaba a mis hermanos y los visitaba todas las noches cuando se acostaban y les decía: las manos fuera, quiero ver sus manos fuera de las sábanas. Siempre nos llamaba de “usted” incluso a mí que era una mocosilla de ná.

Se levantaba con el alba y leía la Biblia. Nos enseñó a memorizar muchos pasajes de los salmos y los evangelios. Un día papá la dijo medio en broma que quería que fuéramos libres y que nadie nos metiera dogmas en la cabeza; ella le contestó:
-usted decide, pero sólo sabiendo lo más posible serán libres.- Papá la dijo que tenía razón.

Cultivo un huerto pequeñito en el que plantó hierbas y arbustos, tomillo, romero, menta y poleo. Hierva Luisa y una planta horrible que olía peor llamada ruda con la que lo curaba todo menos los pies planos. Nos esperaba siempre con tortitas de miel o budín de pan que nos encantaba, o deliciosos bizcochos de calabaza. -Para los gurices hambrientos- decía. Sabía adivinanzas sin fin y juegos que hacía que el televisor fuera un aparato aburrido. Nos contaba sin rencor, como ella y su hermano se quedaron huérfanos y como su hermano un día cuando ella tenía diez años la regalo a una señora y se fue para nunca regresar. Como cuando tenía catorce años, Manuel de diecinueve la vio jugando en la calle y tres meses más tarde se vio casada con el, otro niño.

Nos hablaba de Santiago de Chile, de los Andes, de que es Santiago tan empinado que tomaba ascensores para subir de una calle a otra, de que fue madre con quince años y de que Manuel que trabajaba en otro pueblo venía una vez cada tres años la preñaba y no regresaba hasta tres años después para repetir y así hasta nueve. Y es que Manuel, parece ser que fue hombre tranquilo, padre irresponsable, muy dado a pensar en si mismo, Ema decía de el, que había sido un padre “distraído” pero que era un abuelo irreprochable. Y eso fue verdad los niños lo adorábamos y el tenía una paciencia infinita. Vivieron con nosotros seis años. Los dejamos atrás, muy lejos.

Emita ya no es, partió definitivamente hace tres años, Manuel vive. Lo llamo todos los meses, sigue vistiendo como un dandy y me sigue oliendo a Paco Rabanne a través del auricular.


P.D.

Desde que se nace, se tiene la seguridad de que se va a morir.
Se mueren las flores, los gatitos siameses, la roca más dura se convierte más tarde o temprano en polvo, nada se salva, pero solo los humanos tenemos conciencia de que todos y cada uno de nosotros completará ese ciclo un día.
Nos da miedo, asusta.. Ante la perdida de un ser amado o conocido nos volvemos niños otra vez y no nos da vergüenza llorar.

Ni las riquezas ni el poder pueden revertir la perdida.

Lloran los sabios de desconcierto, los intelectuales de no encontrar el porqué, los fuertes de rabia, los débiles de impotencia…

El verbo llorar de conjuga al completo.

Yo lloro. Se fue Manuel.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Hay, esa Emma...


Queridos amigos, estaré ausente unos días. Os dejo esta historieta de mi blog de notas.


Emma, es una chica de buen ver. Profesionalmente independiente y solvente. Vive sola, por gusto. Después de un par de fracasos sentimentales, (ninguno por su culpa, que conste) Ha decidido que con su panda de amigos y su familia la cual incluye una sobrina de dieciséis años, tiene más que suficiente.

Emma, es coqueta, sigue dietas, consume siempre productos naturales. Es algo fanática con todo lo que sea, aparente o suene natural. Físicamente se ha hecho algunos arreglitos, nada importante. La han aumentado una tallita los pechos, rellenado un pelín el labio superior, casi nada el inferior, la han hecho, y la queda precioso, una levantadita de glúteos, una ligerísima lipo de pistoleras y poca cosa más. Todo ello muy sutil y aparte del labio superior que la da un aire un poco “apatado” (de pato hembra) todo lo demás la queda muy natural que es lo que a ella le gusta. Pero Emma tiene miedo, un miedo patológico a envejecer. Si pudiera haría lo mismo que Dorian Gray, todo, todo por sentirse siempre joven. – Pero si eres una chiquilla…La dice su octogenaria abuela. - ¡Jo, tía…tronca que testas quedando desfasa….-comenta de vez en cuando su sobrina. Entre la chiquilla que ella no ve por ningún lado y, que realmente se sienta desfasada, anda Emma alicaída. Ha tomado una decisión. Se va. Se va en busca de la eterna juventud. Ella sabe que existe, ha leído tanto sobre el tema…Algo de verdad tiene que haber. Además es un tema que la fascina.


Llegar al lugar deseado es un pequeño reto, pero las agencias de viaje lo allanan todo si uno está dispuesto a pagar, Los permisos también tuvieron su dificultad, pero casi nada hoy en día se resiste al turista. Después de duras divisitudes llegó al lugar. Podía haber llegado antes, y más cómodamente, pero Emma quería llegar de la forma que ella creía natural para ir entrando en ambiente.

Y allí estaba ella, al pie del Potola en Lhasa. Se quedó dos días, hilvanando su plan, por que plan, tenía. Busco un interprete y le pidió que escribiera y la enseñara unas palabras en Tibetano. Se compró una vestimenta de Sherpa de la que eliminó y añadió algunas cosillas ya que tal y como estaba la pareció a Emma poco femenino el traje. Se miró al espejo. Estaba guapa, algo en ella le recordó a una lagarterana en traje de gala, pero se gustó.

Al tercer día se dispuso a subir todas las escaleras que conducen hasta el monasterio que no eran pocas. Su plan consistía en atraer algún Rimpoche de ojo distraído, y camelárselo.

Después sacarle algunos secretillos,- no la entusiasmaba la idea pero el que algo quiere algo le cuesta.- Así que, con su traje de lagarterana y su plan, llego bufando, sin aliento a la cima del monasterio. ¡OH, que silencio, que quietud, que grandioso, que místico…Y que olor a sebo, a rancio, o era incienso? No supo definir. A velas, a humo, a siglos… Eso la gustó y comenzó a mirar y a admirar. De pronto lo vio. Estaba sentado en una especie de pollete mirado al frente con gran concentración. Un Rimpoche de verdad desde los pies hasta la punta del gorro, oscuro de cara, normal, tantos años expuesto al humo de las velas…No tenía los ojos muy oblicuos aunque sí los pómulos rechonchotes. Parecía “cargaete” de tronco. Serviría y, ¡oh, la estaba mirando.


Se acerco Emma y con la más coqueta de sus sonrisas le indicó que la siguiera hasta una doble columna que la pareció adecuada. El Rimpoche al ponerse de pie resultó algo paticorto, pero la siguió diligente aunque algo sorprendido. Emma apoyó la espalda en la columna y, entornando los ojos levantó ambas manos a la altura de su pecho, juntó índice con pulgar formando un círculo y lentamente introdujo y retiro el índice de su mano derecha varías veces expresando su deseo con un gesto internacionalmente conocido y tan antiguo como la humanidad misma.

Al Rimpo casi se le saltaron los ojos, pero comprendió y acercándose a la Sherpa la dio un repaso del diez. Emma, muy metida en su papel, durante el intercambio, porque así lo veía ella, intentó hacer el acto lo más oriental posible. No es que tuviera mucha idea, pero seguro que el sexo en Oriente era más refinado que en Occidente y entre postura y postura ella se fue inventando una serie de reverencias y genuflexiones que desorientaban al Rimpo, pero que le impelían a atacar con celo y ahínco renovado. Una hora y cuarenta y cinco minutos más tarde, Emma, despeiná y con el traje hecho una

Ensaimada, se atrevió a abrir la boca y sacando el papelito, lo leyó lo mejor que pudo y de su boca salió algo así como…- ¿Akido embekido Sambalá? (traduzco) Por donde se va a Sambalá? El Rimpo puso cara de poker. Emma insistió. ¿Akido embekido Shangrilá?-Mira moza yo no te entiendo…-Emma abrió mucho los ojos. –Pero tú... de donde eres¡¡ ¿yo? De Constantina de la sierra y tú… ¿no eres nativa…? - ¿Pero qué haces vestido de esta guisa…? - Anda que tu…Emma se echó a llorar. El mozo aguantó el número completo y luego la invitó a un té con manteca. Emma acepto. Total……

De Lys

******