En cierta ocasión, llegué de las últimas a una reunión de sólo chicas. Normalmente cuando eso sucede, y sucede muy pocas veces, suelo dar un alegre ¡Hola! Y tirar besos al aire mientras me siento. Esta vez le dí un beso a una amiga que se levantó al verme ya que hacía mucho que no nos veíamos, y así, de manera espontánea seguí dando besos alrededor de la mesa. Terminé mareada.
Recordé las palabras de Serge Lutens (famoso perfumista) que leí en cierta ocasión.
“- Las mujeres perfumadas son como una pesadilla porque utilizan las fragancias como un complemento de identidad con la moda”
4 comentarios:
jajjaja muy astuta!
por los perfumes, ya desde niño, he tenido debilidad.... cuando me he encontrado con alguien, cuando ha olido bien... después podrá suceder lo que sea pro, de momento, huele bien!
un saludo
El perfume, un libro que leí hace ya unos años. He evocado a una vecina madurita que si entrabas después que ella o con ella en el ascensor te mareabas. Fuera de el olía bien la señora..
besos
Un toque de perfume, sí, pero que no oculte el olor natural de la mujer, o del hombre...
Bssssss
Hay perfumes tan ricos que parecen escanciados por los ángeles o los demonios...
Un abrazo...
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