No, no quiero decirle al más joven;-mira, joven la verdad de la vida es…-
Que no lo sepan por mí, porque míralos como vienen, como venia yo envuelta en mis nieblas soñadoras. Déjalos, que no se enteren por mi. No quiero permitirle al corazón que avanza y avanza que me recuerde que corre por que se niega a la vida, deseo recordar que, ni el tiempo, ni el amor, ni la carne ni la vida esperan. Siempre siguen.
Sí, sé, que la vida no es como un vaso que se llena y rompe, cabe mucho amor y mucho dolor en el corazón de cualquier ser humano. Y por último no quiero olvidar de que esto es sólo una divagación lanzada al viento.
De LYS*
1 comentario:
Pensar sobre la vida da más alcance de su plenitud, aunque también genera ansiedad por lo que nos queda por alcanzar. Divagar es profundizar en las polibilidades de ser, sean o no sean.
Sigue así Lys y muéstranos otro camino mucho más ancho y completo.
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