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jueves, 12 de marzo de 2009

La osa




Al rededor de ella, el hielo crujía al desplazarse, comprimido por el mar.

Hacía un frío terrible. Más frío sin duda, del que un hombre podía soportar durante un tiempo.

Pero la osa no notaba la temperatura, pues llevaba un forro de diez centímetros de grasa y pelaje aislante. Estaba en su tierra, en su reino, y era indiferente a toda ley que no fuera la suya.

Los griegos llamaban a este lugar Artikos, la tierra de la gran osa.
De noviembre a marzo esta región montaba guardia en la larga noche del mundo, pero en primavera no había una tierra más llena de vida. En verano, millones de fulmares, gaviotas, araos y pinguinos se alimentan en sus aguas y también miles de focas de Groenlandia, focas barbudas, y focas oceladas.
En el cielo la gran osa que parecía estática y la aurora boreal con sus banderas blancas y rosadas, maravillaban a los Inuit que creen son antorchas que sostienen sus difuntos para ayudarlos a cazar.

La gran osa se había apareado en mayo. Era una viajera solitaria, durante toda aquella estación había nadado, sin apenas descansar, había cruzado el Circulo Ártico. Cuando atravesaba las viejas rutas balleneras un barco científico la avistó. Vieron a la gran osa, vieron su magnificencia y se dieron cuenta de que ya no tenían tiempo y tomando notas dijeron: - La próxima vez-

En diciembre parió por vez primera, en una profunda guarida excavada en la nieve. Su único cachorro vino al mundo quejándose y lloriqueando, y a los pocos minutos se acurrucaba contra su madre flexionando las patas. Al nacer pesó menos de cuatrocientos cincuenta gramos. En abril ya pesaba doce kilos y su madre despertó del sueño y tiró abajo la pared de cristal que tapaba su guarida y salió al mundo exterior. Estaba delgada pero echó a andar. El cachorro la seguía, ella se paraba de vez en cuando y lo amamantaba, tendida boca arriba se entretenía en acariciar y mecer a su cachorro como una madre humana mecía a su niño.

Fue una primavera atípica, no era normal las nevadas intensas y las muy bajas temperaturas. Fue el año que los esquimales llamaron el año del Tupilak, el año del fantasma, nada vivió al menos por mucho tiempo.

Al científico que había soñado con marcar a la gran osa también le cogió por sorpresa. La tormenta, la gran tormenta que nadie esperaba lo despistó de su ruta. Se acurrucó en su tienda que el viento barrió y justo antes de de que todo su ser entrara en ese estado de inconsciencia donde la felicidad embarga, pensó, -En casa ya estarán florecidos los almendros-

No vio, ni sintió los dos metros y medio de osa que se le echaron encima. Algo después se volvió hacía su cachorro al que olía mas que veía y lo empujó al festín. La vida seguía. Todo se fundía en un todo eterno y estable. Una vez más la aurora boreal volvería a asombrar a los
Inuit y la caza continuaría, pero un hombre ya no volvería a ver los almendros en flor.

44 comentarios:

Cecy dijo...

Me quede sin palabras.
Me impacto.
Me gusto.

Besos.

Manuel de la Rosa -tuccitano- dijo...

la ley de la supervivencia o tu op yo...cruel final el del relato...un abrazo

Pedro Aros Castro dijo...

Ese es su territorio, es tan hermoso y brutal a la vez, los humanos somos seres curiosos y nos fascina esos parajes, una vez vi un documental donde unos osos atacaron el campamento de una pareja de científicos, dándoles muerte, es el precio a la curiosidad. Me gusto tu relato.


saludos

Anónimo dijo...

Vaya no esperaba ese final,pero ha sido muy bonito el relato.

Beso

HUMO dijo...

Hermoso y triste relato!

Conmueves...

=) HUMO

Pequeños Soles de Noe dijo...

Triste pero es la realidad.
Hermoso el relato
Un besito
Noe

€_r_i_K dijo...

Que bonito, sabes, a veces ignoramos que esconden muchos de los sobrenombres que nos ponemos en los blog, verdad?..... y mira, poco a poco vamos entendiendo, al menos yo....

Besos agradecido, hoy me gustó lo que leí, además cada vez me siento más ignorante ......

kayako saeki dijo...

Aveces es el hombre, aveces la osa...
¿kién es kulpable?

Bonita historia kerida Lys.
un besito.

Jesús dijo...

así es la naturaleza, que no nos engañe la foto,se ve que el lobo no las tiene todas consigo

aapayés dijo...

Me gusto, esta excelente me dejaste mudo por un momento..

saludos fraternos

un abrazo

Anónimo dijo...

¡Naturaleza Sabia!

¿El hombre esta a favor de ella?

Naveganterojo dijo...

Asi es la vida, dura, fria y cruel.
Bonito relato con un final inesperado.
Un abrazo

TORO SALVAJE dijo...

Muy, muy, muy bueno.
Me gustó.
El final también. Excelente.

Besos.

RAMPY dijo...

A mí también me ha gustado mucho. Gracias por compartirlo.
Un rampybeso
Rampy

Anónimo dijo...

Lys, ¡es precioso! ¡se me saltan las lágrimas!

La foto acompaña muy bien al texto, pero no, tu historia la superior mil veces.

MIGUEL

Paula dijo...

Nada más empezar a leer me ha venido a la cabeza la película de Tierra, ¿la has visto?
Precioso relato. No se puede culpar al oso de lo que ha hecho: está luchando por su supervivencia y la de su retoño (todos lo haríamos, ¿no?) El extraño en este caso es el hombre.

Vaya contraste en nuestros rincones: el mío con los colores de la primavera y el tuyo con la blancura del invierno.

Un besito.

Gara dijo...

Vaya no esperaba el final...aunque es la vida misma.

Besos

Lujo dijo...

Hola Lys,
Me encanta la foto que has elegido, pues los osos son mi pasión. La ilustras de maravilla.

El relato me ha impactado. No esperaba ese final...No me hagas mucho caso pues estoy un poco sensiblona.
No sé si habrás tardado mucho en confeccionar la hisitoria o qué te inspiró....Muchas Felicidades.

Por cierto, un abrazo y muy buen fin de semana.
Bye

PABLO JESUS GAMEZ RODRIGUEZ dijo...

Precioso y hermoso relato,amiga Lys.

Los animales matan para comer, tienen hambre. Pero, ¿y nosotros?

Un abrazo y feliz fin de semana!

Anónimo dijo...

Que buen relato.

La vida tierna, nueva, inocente; que se sustentan en la muerte y destrucción. El ciclo de la vida.

Salu2

Noelplebeyo dijo...

La curiosidad mató al científico y la naturaleza, en esta ocasión siguió su curso.

Precioso relato

Anónimo dijo...

Es una pena que haya sido un científico, me hubiera gustado más que se comiera a un cazador, o mejor aún, a un político.

Me ha gustado el relato. ¿Me pudeo llevar la foto prestada?

Te envío un fuerte abrazo de oso sin garras.

TitoCarlos dijo...

Es el riesgo que se corre. No me parece un final cruel, sino trágico bajo el punto de vista humano. Creo que cada uno ha hecho lo que tenía que hacer, y no hay que darle mas vueltas.

Fantástico relato, con una muy difícil objetividad.

Un beso,

MaRieLA dijo...

Que hermoso relato, muy lindo.
Y gracias por pasarte por mi blog!
Un saludo

Amig@mi@ dijo...

Triste final, pero muy bonito... ayer leía un Émail de un oso polar que se acercó a un campamento y se hizo amigo de los perro, cuando lo lógico es que los hubiera matado u comido...
Curiosa coincidencia...
Besos

Unknown dijo...

relato impactante, lo que demuestra que hay reinos que no se deben pisar, ni suertes que tentar.

Besos.

XoseAntón dijo...

Y a mí, que ya desde el principio me intrigaba esa imagen de ternura, la vida es eso una imagen. Sorprendente como el final de tu relato.

Bikiños

Esteban dijo...

La foto del principio muy bonita,el final muy dramático.
Buen fin de semana.

Eduardo Galvan dijo...

Ya me mató al científico... pobrecito, con lo hermosos que son los almendros en flor, ya podría haber matado la osa a un cazador furtivo.

Abrazos.

Tony Amesty dijo...

Historia magnifica......

Un saludo

silvia zappia dijo...

Acabo de recibir un golpe...Impactante relato.La fuerza de la Naturaleza pintada con palabras.

Un beso!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

La vida es así, dura y tierna, a la vez.

kuoremio07@gmail.com.ar dijo...

Es un relato muy triste, pero también es una realidad!. Besos

LOLI dijo...

Pues me hubiera impactado igual si hubiera sido al revés ,no podría haber acabado que se hacen amigos?por pedir...Un besazo,bonita historia

Navegante dijo...

Hola Lys, impresionante tu relato, y veo en general que este sitio tuyo tiene mucho sobre animales, de a poquito iré navegándote, será un placer.
Besos.

La sonrisa de Hiperion dijo...

Si es que estos abrigos de color blanco y peludos.... se las gatan de unas maneras...
Saludos!

Yuria dijo...

Me he quedado (es que soy yo muy filosófica)con que la osa con su piel de grasa no sentía el frío.Así como cuando estamos OK, podemos, con el día día,; y sobradas.

Disculpa que no venga por aquí pero voy de tiempo un poco mal.

Besos.

pelusa dijo...

Hola Lys:

Me ha encantado tu relato, da gusto leerte.

Como vi a los animalitos vengo como pelusa.

El blog de pande de momento está cerrado por vacaciones, estoy algo cansada y haciendo otras cosas.

El otro motivo es que te pases por el blog de pande, y te he otorgado el premio "Corazón" y Sentimientos, tenía pensado el de Blog de Oro pero ya lo tienes.

Un fuerte abrazo, Lys

Maite

Anónimo dijo...

ESTOS MARAVILLOSOS
POST...ME HACEN VOLVER
A DELEITARME
CON TAN BELLAS HISTORIAS
ME QUEDO ENCANTADA
UN BESO INMENSO
DESDE MI LUNITA

NUNCA DEJES DE BRILLAR

LuNa

Juan José López JARILLO dijo...

Interesante este blo.Vendre por aqui de vez en cuando.

Saludos para "donde va la luna ",desde "íTACA DE LA LUNA LLENA"

Ana dijo...

Precioso...
Muchos besos y feliz finde.

William De Baskerville dijo...

Me encanta cuando escribes esos finales inesperados.

La muerte que damos no es justificada, y la de la naturaleza sigue el circulo.

De todas formas, ya le tocaba a la osa no morir al menos en un bonito relato como este. Mueren mas animales para usos injustificados de lo que imaginamos.

Besos! y buena semana!.

Isabel Barceló Chico dijo...

Por lo menos los animales cazan para alimentarse. Los hombres, en cambio, cazan muchas veces por afición, o deporte o para enriquecerse. En fin. Me ha gustado mucho la foto con la osa protegiendo a un perro. Besos.

Anónimo dijo...

Excelente!!...y con esos finales que son los que me gustan en realidad! perfecto!! sds
D