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lunes, 31 de marzo de 2008


CANCIÓN DE UNA AMADA

Lo sé, amada: ahora se me cae el pelo por mi vida salvaje,
y me tumbo en las piedras. Me veis beber el aguardiente más
barato, y camino desnudo al viento.

Pero hubo un tiempo, amada, en que fui puro.

Tuve una mujer que era más fuerte que yo, como la hierba
es más fuerte que el toro: se vuelve a erguir.

Ella vio que yo era malo, y me amó.

No preguntó a dónde conducía el camino, que era su camino,
y quizás iba hacia abajo. Cuando me dio su cuerpo, dijo:
esto es todo. Y fue mi cuerpo.

Ahora ya no está en ningún lado, desapareció como una
nube cuando ha llovido, la abandoné y cayó, pues ése era su camino.

Pero de noche, a veces, cuando me veis beber, veo su cara,
pálida en el viento, fuerte y vuelta hacia mí, y me inclino ante
el viento.

Bertolt Breecht

sábado, 29 de marzo de 2008

viernes, 28 de marzo de 2008

Dónde habitará el amor...


L, ansía la plenitud. Pero ni el ron, ni esa llamada de teléfono que la ofrece una forma ordenada de locura, ni siquiera la palabra perfecta que describa el fruto del ciruelo servirán para llenar el vacío.

L, piensa que nada es esto, tampoco yo soy esto ni soy yo. Con una sonrisa blanda, L, desciende de la terraza donde los geranios se elevan como delicadas uñas hacía la tarde violeta y cómoda que aborrece.
Atraviesa el sonoro sendero de chinas blancas y la pista iluminada de un falso ultravioleta que traspasa los íntimos mecanismos de la sangre que se abre ante ella.

Sonríe; sabe doblegar a la música.

Besa al camarero, deja su bolso junto a una botella de ron. Un ámbar ardiente y oscuro que va más allá de la muerte, más allá del ritmo cadencioso de la vida, recorre sus frágiles músculos mientras se hunde en el espumoso centro de la pista y baila. L, conoce por los libros todos los resortes de la depravación. L, es sólo una ninfa que acaricia al descender, detenidamente los capullos envenenados de las adelfas.

L, baila mientras piensa que el amor también puede habitar en lo inútil.

De LYS*

lunes, 24 de marzo de 2008

Lo encontraré. Lo sé.


Dónde va la luna en su errante caminar?

Como peonza sin hilo expande su enagua al girar

Pero no hierra la luna

tiene su ruta marcada hace ya una eternidad.

De LYS*