La cigueñita tenía sólo dos semanas cuando le pregunto a su madre de donde vienen los bebés.
-vaya preguntita, dijo su madre.-
Ella se creía una cigüeña tan moderna como la primera, pero estaba segura que había que fijar alguna linea .
-Te contestaré más tarde.- le dijo. Y empujó un arenque en su garganta un poco más rápido que de costumbre.
Esa misma tarde mamá cigüeña repitió esa conversación a su hermana, como diciendo: !hay que ver las preguntas de los críos de hoy en día.!.
-Y por supuesto no esta preparada para la respuesta de su hermana.
-Cómo, tu hijo te hace una pregunta y no le das una repuesta?-
-claro que no... es sólo un crío como vas a esperar que comprenda algo tan complicado.-
-Vale, entonces hay que ignorar a los niños y seguir mintiendo.-
-Hasta que sea mayor, seguro-!
-entonces... les mentimos, les metimos y un día de repente queremos que nos crean.-
-Así fue siempre en nuestra familia. Además no es tanto mentir como contarles una historia.-
-
Ah, vaya, dame un ejemplo.-
La cigüeña entorno los ojos y miró en la distancia los tejados rojos de la aldea. De pronto recordó.
Mira, una vez, recuerdo que vi una luna espléndida que me deslumbraba. La abuela me dijo que era un gran satélite que se formó hace millones de años;y yo me lo creí hasta que años después descubrí la verdad.-
-¿La verdad? Dijo la hermana.-.
- Lo hizo Dios.-
-Dios? Y como lo descubriste...
- Me lo dijo un Viajante de pañuelos con el que pasé una noche de sexo buenísima.-
-Eso, por qué no empiezas diciéndole a tu hijo que todo empieza con el sexo?-
-Hablarle de sexo? Estás loca!
-Ya me dirás como le vas a contestar, porque no te creas que a él se le ha olvidado.-
-No te preocupes, cuando sea mayor y llegue el momento le pienso explicar con todo detalle como llegan los bebés.-
-A sí? Y cómo se lo piensas explicar.-
-tu ya sabes. Los trae un ratón.-