Hoy me he levantado decididamente predispuesta a ofenderme, hay quien lo llama levantarse con el pie izquierdo, mi abuela lo llamaba levantarse “arrevoleá “. Nunca supo explicarme qué significaba la palabra exactamente, pero no hacía falta;
con mi abuela no eran las palabras a lo que tenía que estar atenta, si no al tono de las mismas.
Como decía, levantándome de ese talante, haber quien es el guapo que evita que todo me moleste… son días en que parece que el mundo entero madruga al unísono sólo para molestarme.
Henri Frédéric Amiel escribió.
Todo es maravilloso para el poeta
Todo es divino para el santo
Todo es grande para el héroe
Y dio a entender que todo es desgraciado, miserable, feo y malo para todo aquel que se levanta decididamente predispuesto a ofenderse
Oh, oh… he sufrido un ataque de ego. ¿Quién soy yo para que el mundo entero se tome la molestia de ofenderme? Será que me he vuelto “Narcisa”?
Pensándolo bien, estos pensamientos son contaminantes y tóxicos. Son el fruto de mi incompetencia emocional de hoy.
Paraa..te!!. Me pongo de nuevo el camisón y me meto en la cama, cierro fuertemente los ojos y poquito a poco los voy relajando, los abro, sonrio y veo que es un día precioso que el cielo y el mar están de un azul que me llena las pupilas y el alma, ¡Precioso día para vivirlo a tope!
Háganlo ustedes también, por favor.